jueves, 26 de febrero de 2009

TRABAJO SOBRE LA NIÑEZ EN EL CONTEXTO DE LA GUERRA

“LA NIÑEZ EN EL CONTEXTO DE LA GUERRA”



En diferentes lugares del mundo hay un total de 300.000 niños soldados, en Medio Oriente el conflicto entre Israel y Palestina en Gaza se esta llevando la vida de muchos niños a lo que hay que agregar que a muchos se los esta dejando huérfanos y sin alimentos básicos para poder sobrevivir. Y a todo esto, ¿cual es nuestra respuesta como iglesia de Cristo frente a los miles de niños que están sufriendo la guerra misma en sus diversas y graves consecuencias?

Desde algunos sectores de la iglesia evangélica se viene desarrollando desde hace décadas una perspectiva teológica que considero que de alguna manera explicita en muchos casos y en otra implícita sigue justificando ciertas guerras y conflictos armados. En este tipo de paradigmas se encuentra el “Sionismo Cristiano”.

En relación a estas teologías que justifican ciertos conflictos armados donde las mayores victimas son los niños (por ejemplo en el actual conflicto de Gaza el total de 420 niños que murieron), se puede observar la siguiente representación del niño, como:

- Inútil. (sin valor en si mismo): ya que a la hora de sostener la justificación de un conflicto armado, no toman en cuenta la vida integral de los niños de esa población civil.
- Esclavo: ya que el niño no tiene derecho y voz.
- Sujetos inactivos en el obrar de Dios en la historia.
- Objeto - mercancía. En relación a los conceptos de las relaciones de mercado, donde la ganancia de unos pocos se efectúa a costo de la vida de muchos.
- Como parte de un pueblo que tiene que ser castigado - disciplinado: con ideas religiosas o políticas que hay que combatir.

En el marco de la teología del niño de esta perspectiva, se ve claramente que la niñez no es un tema central, ya que se pone prioridad a los temas escatológicos e ideas fundamentalistas antes que a la cuestión del niño como ser creado por Dios, con un propósito de vida y derechos propios. En este sentido no hay una visión misionologica de alcanzar a esos niños. Por el contrario se considera al niño como parte de un pueblo que tiene que ser disciplinado o castigado.

En estas teologías puedo observar algo parecido a la visión y al deseo de destrucción que tenia Jonas del pueblo de Nínive:

“Jonás salió y acampó al este de la ciudad. Allí hizo una enramada y se sentó bajo su sombra para ver qué iba a suceder con la ciudad” (Jonás 4:5)[1]

Aquí se puede ver que la actitud de Jonás resultó ser totalmente etnocéntrica, nacionalista, individualista y egoísta.

UNA RESPUESTA DESDE LA MISIÓN INTEGRAL

En contraposición a las teologías que bien llame de la guerra, propongo que frente al problema de la niñez y la guerra, tomemos y reflexionemos sobre la misión hacía el niño de una manera integral. Esta misión abarca el área espiritual del niño pero sin olvidar ni obviar su contexto social y desarrollo físico y psíquico. En este sentido es que se condena todo tipo de guerra, ya que va en detrimento conjunto del desarrollo integral del niño.


En este sentido la guerra condiciona el desarrollo integral del niño por los siguientes motivos:
- Asesinato de la propia vida.
- Asesinato de familiares. Destrucción del vínculo familiar.
- Rencor, odio.
- Efectos desfavorables en la psicología del niño.
- Carencia de bienes básicos.
- Interrupción del proceso de aprendizaje.
- Mala alimentación, enfermedades.

Esta teología se basa en el modelo de Jesucristo y no en la religión, esta teología se basa en el amor y no en el odio al otro diferente a mi, esta teología se basa en la aceptación y no en el prejuicio, esta teología se basa en la justicia y no en la complicidad o silencio, esta teología se basa en la paz y no en la violencia. La misión integral hacía el niño de todo pueblo y nación se enmarca en el contenido de la paz, en el mismo contenido del evangelio.

Esta teología de la misión integral hacia el niño, a contraposición de las teologías bélicas, se basa más en la respuesta de Dios a Jonás con respecto al pueblo de Nínive:

“Y de Nínive, una gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y de tanto ganado, ¿no habría yo de compadecerme?” (Jonás 4:11)

Es importante señalar que la frase “hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda” es un proverbio de Medio Oriente que hace referencia a los niños y que la palabra “ganado” en el pensamiento semítico era un sinónimo de “economía”, aquello que sustentaba a esos niños para poder crecer y desarrollarse dignamente.

El mensaje de Dios resulta ser totalmente integral, ya que a él le importan los niños, su contexto y su bienestar.

La representación del niño

Ante lo expuesto se puede observar la siguiente representación del niño en la misión integral, como persona:

- Espiritual
- Social
- Psíquica
- Emocional
- Física
- Digna: se basa en haber sido creado a imagen y semejanza de Dios.
- Ciudadano: tiene derechos y voz.
- Objeto de la gracia divina.
- Potencial.
- En formación: por eso la necesidad de que sus procesos de enseñanza no se interrumpan.

LA ESPIRITUALIDAD DEL NIÑO

¿Qué tipo de espiritualidad pueden desarrollar los niños en el contexto de la guerra?

La espiritualidad según David Pritchard tiene relación con la “búsqueda del sentido último, con ese afán de perseguir y cumplir las metas que, para el ser humano, tienen el más profundo valor”[2]. Los niños ya desde una corta edad manifiestan su espiritualidad, en un profundo deseo de buscar y encontrar el sentido a la vida, de manera espontánea. Este hecho se puede ver a través de:
- La apertura a la naturaleza, observando y admirando.
- Los sentimientos (dicen y expresan lo que sienten).
- Apertura a las demás personas.
- Las percepciones de su contexto.
- La confianza a los demás (si crecen en un marco de confianza)

La espiritualidad del niño y su desarrollo es un proceso que se manifiesta en común si el niño encuentra apoyos y circunstancias favorables para tal. En el caso contrario de no encontrar estos apoyos, o por que se suprimen, puede dejar al niño fuera de los recursos para “el disfrute pleno de su existencia como persona humana”[3]. Este desarrollo espiritual del niño esta íntimamente ligado con una relación cercana y comunicativa con sus padres. Es en este marco del hogar donde se dan respuestas a muchas preguntas vitales de la existencia humana.

Esta espiritualidad en el contexto de los conflictos armados se encuentra dañada por acontecimientos tales como:



- La falta de armonía y paz en su entorno.
- Maltrato físico.
- Daños psíquicos como consecuencia del conflicto.
- Necesidades no satisfechas.
- Desconfianza.
- Muerte de seres queridos, padres.
- Sentimientos de venganza.
Un ejemplo de estos daños es el testimonio de un padre palestino en la región de Gaza, que dio a un periodista con respecto a los últimos comportamientos de sus hijos ante la guerra y la muerte de dos de sus hermanos:

“Tardaremos muchos años en reconstruir Gaza, pero lo más difícil será curar el trauma psicológico. Todos sus hijos, dice, vuelven a mearse en la cama”[4]

En este sentido no solo se daña la espiritualidad del niño, sino que se violan los derechos del niño emitidos por las Naciones Unidas en 1989. (Ver anexo)

EL PAPEL DE LA IGLESIA ANTE LOS NIÑOS EN EL MARCO DEL CONFLICTO ARMADO

7 DESAFIOS:

- VER: Lo primero que tenemos que hacer como iglesia es levantar la mirada y dejar de mirar para nosotros mismos en beneficio de nuestra comodidad y solo de nuestra comunidad eclesial local. Para eso hace falta que nos informemos de los diferentes problemas que están sufriendo los niños alrededor del mundo por diferentes conflictos armados. Tenemos diversos medios de comunicación que nos pueden ayudar al respecto y organizaciones sociales que nos pueden informar al respecto. Un ejemplo de estas organizaciones es la Red Viva que trabaja por la niñez en riesgo.

- ORAR: Clamar a Dios por los miles de niños que están sufriendo como consecuencia de estos conflictos, poniéndonos en la brecha por medio de la intercesión tanto a nivel personal, como grupal (en grupos de oración, grupos por edad) y eclesial (en las reuniones generales intergeneracionales).

- LEVANTAR UNA VOZ PROFETICA: Comunicando el mensaje del Evangelio de paz, amor y justicia por medio de comunicados, manifestaciones publicas, medios de comunicación, condenando los actos que causan la muerte tantos niños alrededor del mundo, yendo en contraposición a la voluntad de Dios expresada en las sagradas escrituras.

- DEFENDER LOS DERECHOS DEL NIÑO: Amparar al niño que sufre la guerra, abogando por sus derechos, utilizando los medios legales y judiciales tanto a nivel local como internacional, reclamando juicios democráticos a los responsables de las violaciones de los derechos del niño en el marco de la guerra.

- GENERAR ESPACIOS DE PARTICIPACIÓN DEL NIÑO: Dar espacios a nivel de iglesia tanto en las reuniones como en lugares públicos para que los niños puedan desarrollarse como agentes sociales, recibiendo información y educación adecuada a fin de que formen una decisión, consultándolos sobre los conflictos armados y abriendo oportunidades para que expresen sus voces y sentimientos para contribuir a la paz y a la resolución del conflicto social.

- IR: Compartir el evangelio de Cristo a los niños en los contextos de guerra, teniendo una visión misionologica y considerando a la niñez como una prioridad en la misión.

- RESTAURAR LA ESPIRITUALIDAD DEL NIÑO: En la labor misionera y en el lugar de conflicto, generando espacios de ayuda integral al niño y a su familia. Los instrumentos pueden ser centros sociales, sanitarios, educacionales, y eclesiales, donde sea un lugar seguro, y se vean vividos los principios opuestos de la guerra.

CONCLUSIÓN: Para concluir mi trabajo debo decir que el presente tema de estudio merece una mayor investigación, ya que es una cuestión prioritaria a tratar donde esta implicada la vida y el desarrollo integral de un gran numero de niños en el mundo. En el marco de los conflictos armados contemporáneos considero que como iglesia debemos estar preparados para dar una respuesta teológica y concreta, defendiendo y sirviendo al niño en su contexto y siempre en base a los principios del evangelio de Jesucristo. Por ese mismo es tan importante que revisemos constantemente nuestra teología y la dejemos moldear por el modelo de nuestro Señor Jesucristo quien dijo: “Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe mí” (Mateo 18:5).

Daniel Scott


[1] NVI, 1999, Sociedad Bíblica Internacional.
[2] David Pritchard, “Brisas y contraventanas, ¿Estimulamos o estorbamos la espiritualidad del niño?”, Edificación Cristiana.
[3] “Dimensión espiritual de los niños: su desarrollo y fortalecimiento”. Tomado de: “Crianza Humanizada”. Boletín del Grupo de Puericultura de la Universidad de Antioquia. Vol.6, No.5, Junio 2001
[4] Palabras de Abed al Nabe recopiladas en el articulo periodístico “El conflicto de Oriente Próximo” de Ricardo Mir de Francia, Diario El Periódico, 18 de Enero del 2009.

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